INTRODUCCIÓN. CONSECUENCIAS SOCIALES Y CULTURALES DEL
TERREMOTO DE 1985
Desarrollo.
Vale la pena reflexionar, sobre todo muchos que no lo vivieron o éramos
demasiados pequeños para entender la dimensión de la tragedia que embargaba a
nuestra Ciudad de México. Los movimientos oscilatorios de desplazamiento y la
trepidación generada por el terremoto provocaron el colapso de cientos de
edificaciones, es impactante observar los destrozos, los esfuerzos de los
voluntarios, de las organizaciones internacionales, de los bomberos de otros
países, de los damnificados, y su vida paralela a toda la tragedia, de la
solidaridad de los mexicanos, de los esfuerzos por sobrellevar las perdidas y
los muertos. Lo que
tienen en común es que todos vivieron una experiencia traumática la mañana del
19 de septiembre de 1985, cuando un terremoto de 8.1 grados Richter sacudió a
la Ciudad de México y provocó una cifra de víctimas fatales calculada entre
6,000 y 7,000 personas. Sin embargo, años después con la apertura de
información de varias fuentes gubernamentales, el registro aproximado se
calculó en 10,000 muertos. Nunca se ha sabido el número exacto de víctimas
debido a la censura impuesta por el gobierno de Miguel de la Madrid. Los
mejores espacios más seguros durante un terremoto son los abiertos, sin
estructuras altas ni árboles alrededor que puedan desplomarse. De estar en un
lugar cerrado, junto (no abajo) a un mueble grande, pesado y tan robusto como
sea posible. La única recomendación posible es tratar de no entrar en pánico, y
no sumarse a estampidas que son iguales o más peligrosos que el sismo mismo.
Recuerden que la duración del sismo es del orden de segundos a unos pocos
minutos. Si se permanece calmo en ese tiempo, las largas horas posteriores
ofrecen mejores oportunidades. Ese México que era, ya se ha trascendido en
muchas áreas, estoy segura que para nuestro bien. Sin embargo, lejos estamos de
la información y las medidas preventivas necesarias, pero hay motivos para
valorar lo alcanzado; tal como Humberto Estrada, entonces un joven de 16 años
de edad, inició su carrera de rescatista a raíz de la tragedia. “Gigo”, como se
le conoce en el grupo de rescatistas de los “topos”, comenta que su primera
experiencia fue con la caída de un edificio en la calle de Zarco, en la colonia
Guerrero, con dos niños —sus sobrinos—
atrapados en su casa. “A raíz del terremoto de 1985 se colapsa mi
vecindad, quedan atrapados mis sobrinos, hago el primer rescate de dos personas
con vida, que eran niños, y de ahí sigo mi carrera de rescatista”, cuenta.
Referencias
Fuente electrónica, José Roberto Cisneros Duarte, 19 de Septiembre
del 2015, www.cnnmexico.com
Fuente electrónica, Graciela, 12 de septiembre del 2011, www.locosporlageologia.com.ar
Fuente electrónica, www.tembloresenmexico.com
Fuente electrónica, Mari Luz Peinado. 22 de marzo del 2012, www.internacional.elpais.com
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